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Los secretos químicos de Israel

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Los secretos químicos de Israel

Los secretos químicos de Israel

El vuelo de "El Al" 1862

Art. de Mouin Rabbani. Publicado en Middle East International

Traducción de Tomás Ferrer Pallárez


El 4 de octubre de 1992 el avión de carga de El Al LY 1862, procedente del aeropuerto J.F. Kennedy despegó del aeropuerto de Schiphol en Amsterdam con destino a Tel Aviv. Unos 10 minutos más tarde el Boeing 747-200 se desplomó sobre los edificios de vivienda de Groeneveen y Kruitberg en Bijlmermeer, un barrio residencial al sudeste de la ciudad. Además de los tres miembros de la tripulación, se sabe que murieron 43 habitantes del involuntario destino del avión aunque, dados los numerosos inmigrantes indocumentados que vivían en los edificios incendiados, es seguro que la cifra real de víctimas fue mayor.

Mientras que la investigación inicial se centró en las causas del desastre, desvelando la inquietante información de un aparato en pésimas condiciones y unos pilotos imprudentes, la sistemática aunque incompetente ocultación de las autoridades israelíes y holandesas en lo referente al contenido de la carga suscitó la creciente sospecha de que el que el vuelo LY 1862 transportaba algo más que los supuestos " perfumes y artículos de regalo ".

Efectivamente, los últimos seis años han asistido a una continua serie de descubrimientos de la prensa holandesa referentes al uso por Israel de aviones de carga y pasaleros de El Al para transportar " material militar estratégico " desde los Estados Unidos a Israel via Amsterdam, así como la mentira sistemática de la compañía aérea estatal israelí en los documentos de flete.


Revelaciones sobre el gas nervioso.


El descubrimiento más sorprendente se produjo el 30 de septiembre de ese año cuando Harm van den Berg y Karel Lnip, redactores de la prestigioso diario holandés NRC Handelsband proporcionaron a los lectores la prueba incontrovertible de que en el vuelo LY 1862 transportaba tres de los cuatro componentes requeridos para la confección del gas nervioso Sarin.
El sarin, que es una arma química altamente mortal y está prohibida por una convención internacional, fue usado aparentemente por última vez en marzo de 1995 en una ataque al metro de Tokio, cuando unos gramos del gas mataron a doce pasajeros e hirieron a unos cinco mil.

Según los documentos de flete dados a conocer por NCR Handelsblad, el LY 1862 transportaba diez contenedores con 18,9 litros cada uno de Dimetil metilfosfato (DMMP) , y pequeñas cantidades de isopropanol y floruro de hidrógeno , ambos gases para fabricar sarin.

No se ha dicho nada de la posible presencia del restante componente del sarín, el cloruro de tionilo. Los 189 litros de DMMP hubieran bastado para la producción de 270 kilos de sarín y habían sido sumimistrados por Solkatronic Chemicals de Morristown, Pennsylvania, en EEUU, que también proporcionó a Israel los gases letales CS y CN que se usaron por las fuerzas militares y de la policía israelíes para matar a docenas de palestinos, niños incluidos, en los territorios ocupados durante la última década.( "Gases especiales" y "Productos relacionados con la seguridad" son sólo unos algunos de las mercancías anunciadas en la dirección de Internet de la compañía: http://www.solkatronic.com/.)

Aunque, dadas sus aplicaciones, el DMMP está sujeto a estrictas limitaciones a la exportación por el gobierno estadounidense, John Swanciger, vicepresidente ejecutivo de Solkatronic, confirmó que su empresa había hecho petición de una licencia exportación al Departamento de Comercio, que se la había concedido. Esto había ocurrido no una, sino dos veces: después de la caída del primer cargamento sobre Bijlmermeer, y a pesar de un de posterior endurecimiento del reglamento de exportaciones estadounidense, Solkatronic fue autorizada para reabastecer el arsenal químico israelí con un segundo cargamento idéntico. Swanciger declaró también que Israel es el único país extranjero que ha encargado DMMP a su compañía.


El papel del IIIB


Según la Declaración Sobre Productos Peligrosos de la compañía transportista a la que NRC Handelsblad ha tenido acceso, el cargamento de DMMP tenía como destino el instituto Israelí de Investigaciones Biológicas (IIIB, ver http://www.iibr.gov.il/) en Nes Ziona, cerca de Tel Aviv (ver MEI 581) ( Una segunda remesa fue encargada por Shalom Chemicals de Nes Ziona, una firma que según Ha´aretz es totalmente desconocida y que muchos piensan que es una tapadera del IIIB). Entre los que están preocupados por la proliferación de armas no convencionales está claro que el IIIB es el organismo israelí dependiente del Ejército y de los servicios de Espionaje que se encarga del desarrollo, experimentación y producción de armas químicas y biológicas. Como quedó demostrado cuando el Mossad intentó asesinar el año pasado en Jordania a un líder de Hamas (en el que el IIIB suministró tanto el veneno como su antídoto), es también pionero en la guerra médica.

Uzi Nahmaini cita en el londinense Sunday Times del 4 de octubre a un anónimo biólogo asociado en otro tiempo al IIIB diciendo: "es difícil que exista una forma conocida o desconocida de arma química o biológicaque no sea fabricada en el Instituto". Nahmaini añade que la fábrica de gas es altamente secreta y que está "rodeada por un muro de cemento de seis pies de altura coronado de sensores que revelan la localización exacta de los intrusos, pero (el centro) está borrado de los mapas locales o de reconocimiento aéreo". También advierte que por lo menos seis trabajadores de las instalaciones han muerto en "accidentes laborales" y que se niega la entrada incluso a los miembros del Knesset.

La consideración de las actividades del IIIB como poco agradables es compartida por los residentes en Nes Ziona y, al parecer, por el Tribunal Supremo israelí. Hace unas semanas el Ayuntamiento de Nes Ziona obtuvo un mandato del Alto Tribunal prohibiendo al centro fabricante de venenos que ampliara su perímetro en seis ha. argumentando que los programas que desarrolla suponen un peligro potencial para la salud pública.

La carga del avión LY 1862 explica también por qué el piloto, cuando el avión parecía condenado, rechazó las repetidas peticiones de la torre de control del aeropuerto de Schiphol de efectuar un intento de aterrizaje en dirección al cercano lago Ijsselmeer y en su lugar se dirigió hacia Schiphol, exponiéndose a las consecuencias que temía la torre de control. Según los expertos en guerra química, el DMMP reacciona furiosamente al contacto con el agua, y hubiese sido un desastre demasiado temible para imaginarlo.

Como es lógico, el consejero de comunicación del presidente israelí David, Bar-Ilan, emitió inmediatamente un áspero comunicado negando la historia del NRC Handelsbad, haciendo hincapié en que el LY 1862 no llevaba los componentes del gas sarín. El Ministro de Defensa israelí, que no por casualidad funciona como portavoz del IIIB, emitió un comunicado más críptico diciendo que el vuelo no llevaba mercancías peligrosas, pero que "esta declaración sólo se refiere al cargamento con destino al Ministerio de Defensa". A pesar de tales esfuerzos, la campaña de desinformación israelí se desinfló unas doce horas más tarde. El portavoz de El Al, Nachman Kleiman, quien desde 1992 ha estado siempre dispuesto a confundir con sus declaraciones afirmando que El Al no estaba al corriente de la clase de artículos transportados por el vuelo LY 1862, tuvo que reconocer que el vuelo en cuestión transportaba efectivamente tres de los cuatro gases componentes del sarín. De un modo bastante melodramático, terminó clamando que las actividades de El Al eran completamente acordes con las regulaciones pertinentes. Otros organismos gubernamentales israelíes respondieron con su habitual mecanismo para evitar que siguieran las averiguaciones: anunciar una investigación.

Entre los inmediatos beneficiarios de las últimas revelaciones están los 700 residentes de Bijlmermeer y los trabajadores del servicio de rescate que siguen sufriendo secuelas médicas y psicológicas parecidas a las experimentadas por soldados y civiles tras la guerra del Golfo en 1991. Aunque las primeras sospechas se centraron en la exposición al material radiactivo quemado (probablemente el uranio utilizado en la construcción del Boeing, aunque con El Al uno nunca puede estar seguro), ahora se ha puesto en marcha un estudio más detallado para determinar el posible papel de los ingredientes del gas nervioso que llevaba el avión. No hace falta decir que los afectados se sienten indignados ante la posibilidad de que les hayan podido ocultar durante seis años la causa de sus males.


Ocultación y desinformación


La investigación del accidente del LY 1862, que un investigador holandés ha calificado como " un rompecabezas en el que casi la mitad de las piezas se han perdido y la mayoría de las demás están rotas", ha promovido ya diversas iniciativas de investigación oficial. La desinformación y la impenetrabilidad israelí y la campaña de ocultamiento del gobierno holandés y los organismos encargados de que sus leyes se cumplan han tenido como consecuencia plantear más preguntas en vez de solucionar dudas ya existentes, lo que ya le pasó a Holanda en el caso de los asesinatos masivos de Srebrenica, en que un batallón del ejército holandés cuya misión era proteger a los civiles bosnios en un enclave de la ONU sitiado tuvo un comportamiento tan infortunado que al final no hubo nadie a quien proteger. De hecho, incluso antes de las últimas revelaciones, algunos parlamentarios indignados ya habían propuesto el inicio de una completa investigación parlamentaria sobre el asunto de El Al.

Entre las preguntas que quedan todavía por responder están las de por qué todavía no ha aparecido la caja negra del avión y también qué hicieron allí los dos grupos de hombres de blanco. Según declararon los habitantes de Bijlmermeer, los componentes de los equipos de rescate y los agentes del orden, dos grupos de hombres vistiendo pesadas ropas que les hacían asemejar astronautas fueron vistos por el lugar del accidente, uno nada más producido éste y el otro unas horas más tarde. De este guisa pudieron "moverse entre las llamas sin verse afectados" y desaparecieron a continuación con varias trozos de los restos del avión.

Aunque un informe en junio de 1998 ha hecho lo posible por minimizar las acusaciones tachándolas de fantásticas, en ningún lugar del documento figura una desmentido claro y categórico de las acusaciones. Estas incluyen la posibilidad de que el segundo grupo llegara en vehículos con matrícula francesa, lo que implicaría que efectivos del cuartel general del Mossad en Europa, situado en París, estuvieran implicados en la eliminación de las pruebas. También se investiga seriamente si pueden estar implicado personal de una unidad del Mossad adscrita al aeropuerto de Schiphol o agentes secretos holandeses o de la OTAN.

Otro aspecto que requiere clarificación es el de los múltiples y contradictorios documentos de flete que se suministraron a las autoridades holandesas. A este respecto antiguos empleados de El Al que trabajaron en Frankfurt y otros aeropuertos reconocieron en un programa de la televisión holandesa de principios de año que a instancias de sus superiores mentían sistemáticamente en tales documentos. En el caso del vuelo LY 1862 la compañía de ingenieros Omegam de Amsterdam, que investiga la caída del avión, ha descubierto importantes rastros de Tributylfosfato (TBP) y concluye por lo tanto que por lo menos varios cientos de litros de este líquido debieron ir a bordo del avión. Pero el TBP, un producto industrial bastante común que se puede emplear para reciclar uranio y plutonio de las barras de combustible gastadas, en un proceso que Mordejai Vanuvu describió cómo Israel realizaba, no aparece por ningún lado en los documentos de flete del LY 1862.

Se espera que la investigación parlamentaria se concentre en la negativa de Israel a proporcionar una información completa y puntual a las autoridades holandesas, incluyendo el hecho de no haber aclarado la naturaleza de las veinte toneladas de mercancías que el vuelo transportaba. No menos importante es que se revise el proceso por el cual el gobierno holandés ha suministrado la información del caso. A pesar de la queja del Primer Ministro sobre la falta de colaboración de Israel, y a raíz de las últimas revelaciones, existen evidencias suficientes para pensar que su gobierno (y especialmente el Ministro de Transportes) ha fallado al informar sobre las circunstancias, técnicas o de otro tipo, que rodean al asunto y que eran de su conocimiento. También se puede razonar sobre si otros organismos gubernamentales, tal vez en colaboración con sus contrapartes israelíes, se han esforzado en ocultar algunos aspectos del asunto.

No queda claro si la investigación parlamentaria va a valorar críticamente el papel del aeropuerto de Schiphol como punto clave de intercambio habitual de " productos militares estratégicos " que El Al enviaba desde Nueva York a Tel Aviv. Si El Al hubiera utilizado el territorio holandés solamente como punto de paso en lugar de hacer escala en él, es difícil que el transporte de la mortal carga hubiese levantado críticas decididas. Esto parece que ocurrió en la segunda ocasión en que se consignó la DMMP. Igualmente parece que va a ser cuidadosamente ignorada la extraterritorialidad que desde un punto de vista funcional disfruta El Al en Schiphol, que se traduce en que como norma las autoridades holandesas no hacen preguntas y comprueban nada referente a los israelíes, eximiendo a los israelíes de las regulaciones nacionales e internacionales. A este respecto, resulta irónico que poco después del desastre del LY 1862, La Haya fuera escogida como sede de la Organización de las Naciones Unidas para la Prohibición de las armas Químicas.

No menos irónico es el papel de EEUU en este asunto. Parece ser que Washington durante el mismo periodo en que ha estado usando el argumento de la posesión por parte de Iraq de armas de destrucción masiva como un pretexto para prolongar el bloqueo económico de Iraq, ha fomentado activamente la proliferación de armas químicas en Oriente Medio.


Cargamento mortal


El Dimetil Metilfosfato (DMMP) se clasifica como una sustancia "tipo 2" por la Convención de la ONU sobre Armas Químicas, lo que significa que es esencial para la producción de armas químicas y no se usa en grandes cantidades para propósitos civiles. Aunque la Convención se adoptó después del accidente de las El Al, el DMMP ya había sido incluido en 1987 entre las ocho sustancias que más contribuyen a la proliferación de las armas químicas y por eso estaba sujeto a controles de exportación restrictivos.

Aunque también se emplea el DMMP en la construcción como retardador de la ignición, los expertos citados en los medios holandeses son unánimes en su opinión de que el cargamento de El Al tenía como finalidad la producción de sarín. Basan sus afirmaciones en la cantidad de DMMP del cargamento, en su destino (El Instituto Israelí de Investigación Biológica) y en la presencia de otros componentes del gas sarín en el mismo vuelo. También se descarta la posibilidad de que el envío en cuestión tuviera como propósito la investigación científica para detectar y protegerse del sarín, pues se sabe que los institutos europeos de investigación en tales fines consumen apenas unos pocos kg. de DMMP al año.

Si las existencias de sarín de Israel se limitaran a los 10 contenedores de plástico que se sabe contenía el LY 1862, la cantidad de sarín resultante podría considerarse "insignificante desde el punto de vista militar" y más apropiada para "experimentación sobre el terreno a gran escala".

Pero se desconocen las cantidades de DMMP y de otros productos que Israel posee en sus arsenales químicos. La exportación de DMMP a Israel será considerada delictiva en 1999 porque este país no ha ratificado la Convención sobre Armas Químicas.